18.11.11

¡Aquí fue!

4.30 de la tarde. Avenida Fuerzas Armadas. Bus de Delicias. Se escuchaban algunas conversaciones entre los pasajeros cuando de pronto sonó: ¡Señores, buenas tardes!. Silencio y drama. Sinceramente pensé "aquí fue", nos atracaron.
Quien habló fue un chico que estaba de pie, en el medio del autobús. Lo curioso es que el chamo comenzó a hablar de Dios, del pecado, del castigo divino y de que debíamos arrepentirnos. Hacía mucho énfasis en que Jesús había muerto por nosotros y que cuando nosotros muriésemos, que sería pronto, debíamos demostrar qué hicimos de bueno por esta vida.
Repitió mucho eso, que moriríamos pronto. 
La mayoría de las personas estaba atenta a lo que decía y hacía. El chico hablaba con seguridad. En ningún momento se mostró inseguro.
La cuestión es esta: ¿tan mal estamos aquí, que así te vengan a hablar de Dios, te asustas?. Yo me asusté. Luego me dio vergüenza. El muchacho no venía a robar.


Bueno, eso.

12.4.11

Alex, El Taxista

9.30 de la noche. Me quedé sola, con el conductor, en el taxi compartido. Me da por comentarle al taxista que tengo un programa de radio y que, precisamente hoy por la noche, conversábamos sobre tener de invitado a un taxista para que nos cuente todas esas anécdotas que le pasan en su trabajo.
¡Partida!
Primer cuento : (Póngale acento maracucho jocoso)
¡Chica, me ha pasado! si te cuento, mirá, na' más por encimita, mujeres que me han pedido permiso para cambiarse todo (abre más los ojos al mirarme por el retrovisor) T O D O, ropa interior, todo, chama, ve...Mujeres que me dicen: señor, será que si le pagamos un poco más, usted deja que nos besemos acá en su taxi?.
Segundo cuento: (Póngale acento maracucho más jocoso)
Un día, se monta una parejita, me dice el chamo que los lleve pa' la Vereda y yo, normal, cuando ya vamos llegando me dice el tipo: compadre, mire, qué tal si yo le pago a usted porque nos deje solos en el estacionamiento del parque por un rato, es que yo soy casado y no me conviene que me vean en sitios públicos con otra mujer, usted sabe. Bueno, yo le dije que eso eso estaba mal, pero que yo le echaba, porque ajá, cobres con cobres, chama, y el tipo me pagó lo que le pedi, te explico, el precio incluía la carrera hasta la Vereda, el tiempo que ellos estuvieron ahí y ajá, otro poco más, porque vos sabéis que esas cosas no las hace cualquiera. Yo los dejé solos y mientras, me fuí a fumar un cigarrito y vos sabéis, como buen maracucho les dije: no me vayan a manchar el carro.
Tercer y último cuento (inserte risas de Cris):
No, Crismary (ya había preguntado mi nombre) y la última fue ahora en noviembre, claro, esto aquí entre vos y yo porque te tengo confianza (¿te tengo?). Ajá, pues se monta una mujer, así normal como vos ahorita, y de pronto me dice: señor, ¿usted sería capaz de hacerse pasar por mi novio en el Sambil, o sea, vamos, compramos, comemos, pero, como novios?. Yo al principio lo pensé, porque ajá, no vaya a venir un novio o esposo celoso y yo con un tiro en el riñon, ¿no? aunque después lo pensé bien y le dije que sí. Total que nos paseamos por todo el Sambil como novios, comimos, yo la abrazaba y hasta le acomodaba el pelo, vos sabéis, claro, sin sobrepasarme pero como novios, sin beso, porque eso lo aclaramos antes de bajarnos de taxi. Al final la chama iba muerta de risa así como vais vos ahora, me pagó mis cobres y me dijo que lo había hecho muy bien, que ella lo que quería era darle celos a su ex novio, que ya tenía de novia a una gerente de ahí del Sambil. Eso sí, esto nunca se lo conté a  mi esposa... ¡si se lo cuento me bota!


Fin.

19.2.11

La crisis

Aviso parroquial: Creo que a esto sí hay que echarle coco.

Albert Einstein

No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo.

La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

Quien supera la crisis se supera a sí mis mo sin quedar 'superado'. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. 

La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. 

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. 

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. 

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.