18.11.11

¡Aquí fue!

4.30 de la tarde. Avenida Fuerzas Armadas. Bus de Delicias. Se escuchaban algunas conversaciones entre los pasajeros cuando de pronto sonó: ¡Señores, buenas tardes!. Silencio y drama. Sinceramente pensé "aquí fue", nos atracaron.
Quien habló fue un chico que estaba de pie, en el medio del autobús. Lo curioso es que el chamo comenzó a hablar de Dios, del pecado, del castigo divino y de que debíamos arrepentirnos. Hacía mucho énfasis en que Jesús había muerto por nosotros y que cuando nosotros muriésemos, que sería pronto, debíamos demostrar qué hicimos de bueno por esta vida.
Repitió mucho eso, que moriríamos pronto. 
La mayoría de las personas estaba atenta a lo que decía y hacía. El chico hablaba con seguridad. En ningún momento se mostró inseguro.
La cuestión es esta: ¿tan mal estamos aquí, que así te vengan a hablar de Dios, te asustas?. Yo me asusté. Luego me dio vergüenza. El muchacho no venía a robar.


Bueno, eso.

2 comentarios:

Alejandro Pravia dijo...

Tenemos los prejuicios hasta la frente ahogándonos, es normal, también me pasa a veces, sólo que de los que temo no dicen "buenas tardes" jajajaja

Miguel B dijo...

Como en una selva, donde los animales "De presa" están atentos a las señales de un posible depredador, nosotros los seres humanos estamos sujetos a sentirnos en esas desagradables ocasiones como animales (ya que el miedo de por sí es un instinto muy animal) nos comportamos como tales “Unos como presa” y otros como “depredador”, ya que no es un miedo infundado por prejuicios entendido desde su forma más básica, sino por miedos auténticos de ser depredados por quien te matara con un cortaúñas si es necesario (Hace mucho que no se ven cortaúñas por cierto, solo pistolas) o por lo menos te va a mal herir para eliminar una posible reacción de defensa (muchas veces producto de ese temor que causa la idea de morir) ya que el “depredador” también siente temor en ese momento aunque no lo demuestre, solo que este a diferencia de una persona inocente lo transforma en violencia y en agresión, en ese momento estas personas suelen seguir adelante con su crimen hasta el final.


Por eso como en la naturaleza o en la selva real donde los animales aprenden a reconocer rasgos o señales de una posible agresión contra ellos de parte de un depredador y el depredador aprende a reconocer cual es la presa que está más distraída (tomando agua por ejemplo con la cabeza a gachas) o enferma, en la selva de concreto (por cierto, vivo por ahí casualmente) si no sabes reconocer posibles signos o señales de agresión tienes más posibilidades de sufrir un atraco. No se trata de estar como TERMINATOR escaneando la cara a todo el mundo, pero si eres Caraqueño, créeme que aprendes un poco a reconocer estas cosas (los delincuentes saben muy bien cuando alguien esta solo o muy distraído (feliz), o borracho (su presa favorita) y ellos van a aprovechar eso.

Miguel B