12.4.11

Alex, El Taxista

9.30 de la noche. Me quedé sola, con el conductor, en el taxi compartido. Me da por comentarle al taxista que tengo un programa de radio y que, precisamente hoy por la noche, conversábamos sobre tener de invitado a un taxista para que nos cuente todas esas anécdotas que le pasan en su trabajo.
¡Partida!
Primer cuento : (Póngale acento maracucho jocoso)
¡Chica, me ha pasado! si te cuento, mirá, na' más por encimita, mujeres que me han pedido permiso para cambiarse todo (abre más los ojos al mirarme por el retrovisor) T O D O, ropa interior, todo, chama, ve...Mujeres que me dicen: señor, será que si le pagamos un poco más, usted deja que nos besemos acá en su taxi?.
Segundo cuento: (Póngale acento maracucho más jocoso)
Un día, se monta una parejita, me dice el chamo que los lleve pa' la Vereda y yo, normal, cuando ya vamos llegando me dice el tipo: compadre, mire, qué tal si yo le pago a usted porque nos deje solos en el estacionamiento del parque por un rato, es que yo soy casado y no me conviene que me vean en sitios públicos con otra mujer, usted sabe. Bueno, yo le dije que eso eso estaba mal, pero que yo le echaba, porque ajá, cobres con cobres, chama, y el tipo me pagó lo que le pedi, te explico, el precio incluía la carrera hasta la Vereda, el tiempo que ellos estuvieron ahí y ajá, otro poco más, porque vos sabéis que esas cosas no las hace cualquiera. Yo los dejé solos y mientras, me fuí a fumar un cigarrito y vos sabéis, como buen maracucho les dije: no me vayan a manchar el carro.
Tercer y último cuento (inserte risas de Cris):
No, Crismary (ya había preguntado mi nombre) y la última fue ahora en noviembre, claro, esto aquí entre vos y yo porque te tengo confianza (¿te tengo?). Ajá, pues se monta una mujer, así normal como vos ahorita, y de pronto me dice: señor, ¿usted sería capaz de hacerse pasar por mi novio en el Sambil, o sea, vamos, compramos, comemos, pero, como novios?. Yo al principio lo pensé, porque ajá, no vaya a venir un novio o esposo celoso y yo con un tiro en el riñon, ¿no? aunque después lo pensé bien y le dije que sí. Total que nos paseamos por todo el Sambil como novios, comimos, yo la abrazaba y hasta le acomodaba el pelo, vos sabéis, claro, sin sobrepasarme pero como novios, sin beso, porque eso lo aclaramos antes de bajarnos de taxi. Al final la chama iba muerta de risa así como vais vos ahora, me pagó mis cobres y me dijo que lo había hecho muy bien, que ella lo que quería era darle celos a su ex novio, que ya tenía de novia a una gerente de ahí del Sambil. Eso sí, esto nunca se lo conté a  mi esposa... ¡si se lo cuento me bota!


Fin.

3 comentarios:

Margarita Arribas dijo...

Ahora sólo falta que lo lleven al programa de radio. Por lo que veo, podría ser hasta una sección fija.

Marissel Villalobos dijo...

jajaja! Muy bueno! Siempre he pensado que este tipo de oficios tienen mucho qué contar. También, las peluqueras, barberos, manicuristas, masajistas pueden compartir muy buenas historias.

Miguel B dijo...

X) http://www.youtube.com/watch?v=2xpEiKmX1U4 y que lo diga re