endo
Subi
Aquí aparece la primera aventura (léase el sarcasmo), y es que muchas veces no sabemos cómo o por dónde subirnos, cuál sería la mejor opción?, pues bien, esta es la escena: el colector(personaje variopinto que te cobra el pasaje, incluso antes de estar montado en el bús, que tiene un estilo exótico, sin dejar de ser fashion) te dice que sí hay espacio, ¡aunque no lo veas!, en ese momento los demás pasajeros se acomodan un poco pa’ que entréis vos, bajo el argumento del colector de que “todos se quieren ir”, entráis milagrosamente en ese armatoste de metal que te llevará, si Dios quiere, a tu destino-qué profundo sonó “destino” en este contexto jaja!-.
BAjA
ndo
Sí, porque hay que bajar, porque ya llegamos, o por amor a nuestra integridad física, hay que bajarse de ese perol y esto se traduce en: pedir permiso o perdón, créanme que no lo sé. El punto es que para bajar hay que mentalizarse y pensar que somos de plastilina o de algún material moldeable pero resistente al calor, los olores y las texturas (y últimamente comienzo a pensar que hasta para las malas vibras).
Si bajaste y estás completo, eres un héroe más que día a día vence las vericuetos de eso que conocemos como el transporte
En otro post (si es que lo hay), comentaré un poco más de los muchos otros temas y sub temas que están relacionados a este asunto.
(PD:Me